¿Qué es el cáncer de estómago?

Es un tumor que se desarrolla en el estómago, que es el órgano muscular donde se inicia el proceso de digestión de los alimentos que ingerimos mediante secreciones de jugos y movimientos mecánicos. El estómago se sitúa en la parte alta del abdomen, y está conectado en su parte superior con el esófago, y en su parte inferior se continua en el duodeno a través del píloro. Se divide internamente en 3 secciones, conocidas como fundus, cuerpo y antro. Dentro del abdomen mantiene relaciones anatómicas con órganos importantes: posteriormente se apoya sobre el páncreas y el bazo, y anteriormente se relaciona con el hígado y el colon.

El cáncer de estómago clásico tipo adenocarcinoma se desarrolla cuando células normales glandulares de recubrimiento interno del estómago cambian a células tumorales y comienza a crecer de forma descontrolada. Este proceso suele darse de una forma escalonada, y se estima que a partir de una situación de inflamación crónica con disminución del espesor de células glandulares (gastritis crónica atrófica) se deriva a metaplasia (cambio de las células gástricas a células intestinales similares a las del duodeno) y de ahí a displasia (cambios celulares y estructurales), con el paso final a cáncer gástrico.

Desde un punto de vista histológico existen 2 formas principales de adenocarcinoma gástricotipo intestinal y tipo difuso; el segundo es menos frecuente y presenta un patrón infiltrativo más agresivo y con peor pronóstico.

El crecimiento del cáncer gástrico puede ser en extensión de la capa interna del estómago, en profundidad en su espesor, a través de ganglios linfáticos vecinos, al espacio peritoneal que recubre internamente el abdomen o a otros órganos adyacentes a través de los vasos sanguíneos.

Existen otros tipos de cáncer de estómago menos frecuentes cuando la estirpe de células de origen es diferente:

Tumor GIST (de tipo mesenquimal)

Deriva de células musculares de la capa intermedia del estómago, y su comportamiento es menos agresivo y con mejor pronóstico.

Linfoma gástrico

Deriva de las células linfoides situadas entre las células glandulares del estómago. Su tratamiento en muchas ocasiones se basa en medicación sin necesidad de cirugía.

¿Qué estadísticas conocemos del
cáncer de estómago?

Aunque su incidencia mundial se ha recudido paulatinamente en las últimas décadas, es todavía uno de los cinco tumores más frecuentes en el mundo, siendo particularmente importante en países asiáticos como China, Japón y Corea. Es también frecuente en Sudamérica y Europa oriental.

En España se estima que anualmente se diagnostican cerca de 8500 casos, lo que supone 18-20 nuevos casos por cada 100.000 habitantes. Este tipo de cáncer es algo más frecuente en el hombre, con una relación de 2:1 hombre/mujer. Su edad habitual de presentación oscila entre los 60 y los 70 años, aunque los casos se empiezan a diagnosticar ya a partir de los 50 años. Se ha observado un incremento relativo del cáncer gástrico situado en la zona superior (fundus-cardias) frente a las formas situadas en la parte inferior (antro-píloro).

¿Cuáles son los mayores factores de riesgo?

Los principales factores de riesgo de cáncer de estómago se pueden clasificar según su naturaleza:

Podrían justificar un 50% de los cánceres gástricos.

Hábitos de vida

Intrínsecos/Familiares

¿Cuáles son los principales síntomas

Fases Iniciales

En las fases iniciales del desarrollo de un cáncer de estómago lo más habitual es que no existan síntomas,  y que, de existir, no tengan relación alguna con el tumor. En estas fases iniciales, el diagnóstico suele darse de forma casual si el paciente se ha realizado una gastroscopia por otro motivo. Llevar a cabo gastroscopias preventivas en pacientes con factores de riesgo puede facilitar el diagnóstico en fase precoz, permitiendo un tratamiento endoscópico que no implique la extirpación del órgano y con un excelente pronóstico.

Fases Avanzadas

En fases más avanzadas, el cáncer de estómago se puede manifestar por:

Es importante tener en cuenta que la presencia de alguno de estos síntomas no indica necesariamente la existencia de un cáncer de estómago. Se recomienda que, en caso de presentar estos síntomas, consulte a su médico para valorar la realización de pruebas diagnósticas. Si vives en Madrid, puedes ponerte en contacto con nuestro centro de medicina digestiva Gastea.

¿Cómo se realiza el diagnóstico del cáncer de estómago?

La prueba principal que llevamos a cabo en nuestro centro de Medicina digestiva en Madrid es la gastroscopia, un procedimiento que consiste en introducir a través de la boca un dispositivo con cámara y fuente de luz que permite a los especialistas visualizar el interior del estómago y tomar biopsias que establezcan el diagnóstico de forma definitiva. En ocasiones, el diagnóstico de un cáncer gástrico puede ser complejo cuando la lesión es plana-deprimida y tiene un crecimiento infiltrante, por lo que un alto índice de sospecha por parte del endoscopista puede ser esencial.

Otras pruebas complementarias para el estudio son:

Laparoscopia

Técnica quirúrgica que consiste en introducir una mini-cámara rígida a través de una incisión en el abdomen para observar la cavidad peritoneal donde se encuentran los órganos abdominales. Sirve para descartar o confirmar la presencia de implantes tumorales en dicha pared interna peritoneal o en otros órganos adyacentes al estómago.

TAC

Estudio radiológico que permite analizar las estructuras adyacentes al estómago y otros órganos vitales como pulmones, hígado, páncreas, bazo, colon, etc. con el fin de poder establecer el grado de expansión y extensión del cáncer.

Resonancia Magnética

Puede usarse de forma similar al TAC para valorar órganos vitales, particularmente si hay dudas razonables respecto a la presencia de metástasis en el hígado.

Tomografía de Emisión de Positrones (PET)

Estudio metabólico del cuerpo entero que permite analizar la extensión del cáncer localmente y a distancia, y que completa al estudio TAC.

Estudio baritado de esófago-estómago-duodeno

Estudio con rayos X ingiriendo un líquido espeso de bario que permite ver la estructura del estómago y su interior en imágenes de radiología. Puede ser particularmente útil en las formas infiltrantes de cáncer gástrico que no se observan bien en endoscopia, o parar valorar zonas del estómago / duodeno cuando el cáncer es obstructivo y no permite progresar el gastroscopio.

¿Qué opciones de tratamiento ofrecemos en nuestro centro en Madrid?

Las opciones de tratamiento dependerán del grado de crecimiento del cáncer y su extensión o no a otros órganos.

Endoscopia

Si el cáncer se encuentra en fase inicial puede ser posible tratarlo mediante extirpación endoscópica con técnicas como la Resección Mucosa Endoscópica (RME) o la Disección Submucosa Endoscópica (DSE), evitando la necesidad de un tratamiento quirúrgico y logrando en la mayoría de los casos una recuperación completa del paciente.

Cirugía

En muchos casos en los que el cáncer haya superado la fase más precoz, será necesario el tratamiento quirúrgico mediante la extirpación de una parte o la totalidad del estómago, en lo que se denomina gastrectomía (parcial o total). Incluye además la extirpación de las principales cadenas ganglionares del estómago, así como en ocasiones de otros órganos adyacentes (bazo, páncreas. Este tipo de intervención es realizada por un especialista en Cirugía General y Digestiva y requiere, por lo general, de un ingreso prolongado.

Quimioterapia

Consiste en administrar medicamentos quimioterápicos por vía intravenosa. En los casos candidatos a tratamiento quirúrgico la administración previa y posterior a la cirugía suele ser la recomendación más habitual en los protocolos europeos. En los casos muy avanzados suele ser el tratamiento exclusivo de inicio.

Radioterapia

Consiste en la aplicación de radiación externa sobre un área concreta del cuerpo, teniendo un efecto preferente sobre las células tumorales del cáncer. Suele requerir de una planificación y administración prolongada en el tiempo. La radioterapia tiene un papel en el tratamiento previo y/o posterior a la cirugía y de forma complementaria, conforme a los diferentes protocolos existentes en la actualidad.

¿Qué beneficios aportan las técnicas de endoscopia avanzada?

Cuando se utilizan para el diagnóstico, las técnicas como la cromoendoscopia y la magnificación permiten a los especialistas de nuestro centro en Madrid una evaluación del patrón superficial de las formas más precoces de cáncer de estómago, que suelen presentar una forma plana o levemente elevada, como “verrugas” de gran tamaño.

De esta forma el endoscopista experimentado puede estimar el grado de progresión de la lesión, haciendo previsión de la histología antes de su extirpación. Lo que es más importante, esta estimación es esencial en la toma de decisiones a la hora de establecer qué pacientes son candidatos al tratamiento endoscópico y cuáles de ellos deberán someterse necesariamente a una cirugía. Si cabe la posibilidad de un tratamiento curativo endoscópico, las técnicas de Resección Mucosa Endoscópica (RME) o la Disección Submucosa Endoscópica (DSE) tienen un papel destacado.

De forma complementaria, la ecoendoscopia se utiliza para evaluar el grado de profundidad de la lesión y la presencia de ganglios sospechosos de estar afectados.

Se debe recalcar también el papel de la endoscopia en el seguimiento de pacientes intervenidos de un cáncer gástrico, dado que los pacientes tienen mayor riesgo de presentar una nueva lesión en el órgano residual.

¿Existe alguna medida preventiva?

Como norma general, las recomendaciones que damos desde nuestro centro de medicina digestivo en Madrid son:

Además, en el grupo de pacientes con factores de riesgo (gastritis crónica atrófica, cáncer gástrico previo, antecedentes familiares de primer grado de cáncer gástrico, etc.), debe hacerse un test de presencia de la bacteria Helicobacter pylori, y en caso de estar presente, está indicado su tratamiento erradicador combinado basado en asociación de antibióticos.

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