Cómo se hace una gastroscopia

La gastroscopia es una prueba fundamental para detectar problemas como inflamaciones, úlceras, sangrados, tumores o cualquier otra anomalía que pueda provocar problemas digestivos. Este procedimiento diagnóstico se realiza mediante un gastroscopio, un instrumento que permite explorar el interior del esófago, estómago y duodeno.

Gracias a esta exploración, detectamos con precisión las diversas enfermedades y tomamos las medidas adecuadas para tratarlas.

Si te preguntas cómo se hace una gastroscopia, desde nuestra clínica de medicina digestiva en Madrid te explicamos paso a paso cada fase del procedimiento para que conozcas cómo se realiza esta prueba de manera segura y cómoda. 

Sedación para una gastroscopia sin molestias

Lo primero que debes saber sobre cómo se hace una gastroscopia es que se administra medicación intravenosa para sedar al paciente y evitar cualquier sensación desagradable o nauseosa. En todo momento, el paciente está consciente pero relajado, lo que asegura una exploración segura.

Gracias a esta sedación, esta prueba médica no genera molestias ni afecta a la respiración.

Introducción del gastroscopio

Una vez que el paciente está sedado, se procede a introducir el gastroscopio, un tubo flexible con una cámara en su extremo, por la boca del paciente. Para evitar molestias, se utiliza un protector especial para proteger la boca del gastroscopio y facilitar su entrada.

Una vez introducido, el gastroscopio se desliza suavemente a través del esófago hasta el estómago y la primera parte del intestino delgado (duodeno). Esto permite al especialista observar en tiempo real las imágenes que transmite la cámara, pudiendo detectar cualquier anomalía en la mucosa. Así es cómo se hace una gastroscopia, de forma controlada y segura

En GASTEA realizamos gastroscopias con tecnología avanzada y un equipo especializado, lo que nos permite obtener un diagnóstico preciso del tracto digestivo superior y ofrecer un plan de tratamiento personalizado para cada paciente.

Duración y control durante la intervención

Saber cómo se hace una gastroscopia incluye también conocer su duración. Este procedimiento suele llevar entre 15 y 30 minutos. Durante este tiempo, el equipo médico supervisa en todo momento el estado del paciente para garantizar que la sedación se realice de forma adecuada y sin inconvenientes.

Seguridad y profesionalidad en la realización

Cuando hablamos de cómo se hace una gastroscopia, es importante saber que todo el proceso está estrictamente controlado para asegurar la máxima seguridad del paciente. En GASTEA, contamos con profesionales especializados para que la exploración sea precisa, segura y sin dolor.

Muchos pacientes, cuando nos preguntan cómo se hace una gastroscopia, también quieren saber si este procedimiento conlleva complicaciones. Por lo general, no suele haber problemas, ya que los riesgos son mínimos

En casos muy raros, puede producirse un pequeño desgarro en la pared del esófago, estómago o duodeno. Otra posible complicación es que la zona donde se realiza una biopsia pueda sangrar. Este sangrado suele detenerse por sí solo o puede controlarse fácilmente con el gastroscopio, y es muy raro que sea necesario un tratamiento adicional.

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